En un acto de fe y tradición, creyentes de la Santa Muerte llevaron a cabo la primera caravana del año por las calles del centro de la ciudad de Chihuahua. Los participantes adornaron sus vehículos con globos, imágenes y figuras de la Santa Muerte, mientras rezaban y realizaban rituales para pedir protección, agradecer favores o reforzar su vínculo espiritual.
Este tipo de manifestaciones se han convertido en una costumbre entre los fieles en distintos puntos del país. En Chihuahua, las caravanas se han realizado en años anteriores, consolidándose como una expresión pública de devoción que resalta la permanencia de esta creencia en la identidad local.
El culto a la Santa Muerte ha sido objeto de controversia, especialmente entre sectores religiosos que consideran su veneración incompatible con los principios del cristianismo. Sin embargo, sus seguidores defienden que la muerte es parte natural de la existencia y ven en esta figura esquelética un símbolo de guía, justicia, sanación y prosperidad.
Con raíces en la época colonial y nutrida por influencias prehispánicas como la de Mictlantecuhtli, la Santa Muerte se consolidó en el siglo XX como una figura de culto popular. Desde la década de 1990, su presencia ha crecido en todo México y América Latina, ganando fieles que la reconocen como protectora y acompañante en tiempos difíciles.
