Una boda celebrada el 29 de abril de 2017 en Mazatlán, Sinaloa, ha vuelto al centro del debate por los presuntos vínculos entre figuras políticas de alto nivel y el Cártel de Sinaloa. El enlace matrimonial de Doris Antonia Aguilar, hija del exjefe policiaco Jesús Antonio “Chuy Toño” Aguilar Íñiguez, reunió a diversos exfuncionarios investigados por sus presuntas conexiones con el narcotráfico.
Entre los asistentes estuvieron el exgobernador Antonio Toledo Corro, señalado por la DEA desde 1986 por presuntamente proteger al Cártel de Sinaloa, y Gerardo Vargas Landeros, actual alcalde con licencia de Ahome, quien fungió como padrino de bodas y hoy es investigado por la Fiscalía de Sinaloa por presunto desvío de recursos y supuestos vínculos con Ismael “El Mayo” Zambada.
Según el libro “El Traidor” de Anabel Hernández, basado en el testimonio del abogado Fernando Gaxiola, fue el propio Mayo Zambada quien solicitó al entonces gobernador Mario López Valdez (Malova) el nombramiento de Chuy Toño como comandante de la Policía Ministerial. Gaxiola incluso aseguró que Aguilar Íñiguez cobraba más de un millón de dólares mensuales del cartel por brindar protección e información.
Pese a los señalamientos, Vargas Landeros declaró al medio Río Doce que su presencia en la boda respondía a una “amistad de años” con la familia Aguilar, sin relación con temas de seguridad. No obstante, diversos reportes apuntan a que la investigación en su contra podría estar motivada más por sus presuntas conexiones con el narcotráfico que por los cargos administrativos.
