Ya es un hecho y una orden dada por parte del alcalde juarense y de Morena, Cruz Pérez Cuéllar, para que a la brevedad el diputado y dirigente estatal del Partido Verde, Octavio Borunda, inicie con nombramientos de dirigentes a nivel municipal en diferentes regiones estratégicas de la entidad, con el fin de ir construyendo una estructura alterna que le permita dar el brinco antes del 2027 y asegurar su candidatura a la gubernatura, en caso de no concretarse por la 4T.
Cruz coptó el Verde Ecologista y cada nombramiento en dicho partido ha sido bajo su estricta autorización. Lo que busca es garantizar su postulación, mostrando varias cartas a su favor: una posible coalición entre Morena y el PVEM, o lanzarse por este último, donde ya controla operadores y hasta familiares.
El diputado verde estará tomando protesta a los próximos dirigentes cada semana o cada dos, según la demanda y el presupuesto necesario para sostener estructuras, lo cual, al parecer, no representa obstáculo alguno para Cruz, quien presume sentirse más “candidato” incluso que muchos panistas. Así lo dice él y parte de su equipo.
Sin embargo, hay algo que le sigue pesando: la influencia del senador morenista Javier Corral Jurado, quien también ha comenzado a mover piezas en Los Pinos a través de emisarios cercanos a la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum; en el Senado, con Adán Augusto, y en el Comité Nacional, con Luisa María Alcalde Luján.
Con todos ellos mantiene relaciones no solo buenas, sino excelentes, algo que para unos representa una fortuna y para otros un obstáculo más, considerando que fue su mentor.
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Dentro del gabinete municipal de Marco Bonilla, nadie debería confiarse. Aunque parezcan lejanos, ya se notan cambios. Los nombres, por ahora, se mantienen en reserva, pero son evidentes. No se trata de blofeo.
A estas alturas, muchos no han entendido que el segundo periodo de Bonilla no será una simple despedida, sino una etapa clave para consolidar un proyecto rumbo a 2027.
Algunos miembros del gabinete han optado por operar para sí mismos, ignorando que deben responder a quien los mantiene en la posición. Hay dos tipos de operadores: técnicos y políticos.
Estos últimos han restado más de lo que suman; generan ruido, pero no resuelven nada. Eso los pone en el centro de las críticas.
Basta observar qué directores o directoras dan la cara cuando hay una problemática, y cuántos prefieren agachar la cabeza esperando que el golpe no sea para ellos.
Muchos terminan pasándole la bolita a Bonilla, lo cual desgasta su imagen. Aun así, esto también le está sirviendo al alcalde capitalino para saber con quién contar de verdad y quién solo está de paso.
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Expropiéeese: Lo que comenzó como un meme cuando llegó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, hoy se asoma como una posibilidad real. En zonas de Chihuahua como San Felipe o Magisterial, brigadistas del Bienestar están recorriendo casas y tomando notas de viviendas sin inquilinos, aunque no abandonadas.
Esto ha generado pánico, no solo inquietud, porque en la Ciudad de México la 4T ya inició con expropiaciones de múltiples propiedades para convertirlas en vivienda social, bajo el argumento de que “el pueblo bueno” las necesita. Primero se hace un censo, se evalúa, y si es viable, se expropia.
Hoy esa realidad se acerca a Chihuahua, y ningún delegado ha salido a desmentir los recorridos. Guardan silencio porque saben que la intención existe. Todo apunta a que están midiendo la reacción de la ciudadanía. En esas colonias, que tienen buena plusvalía, los vecinos ya reportaron la presencia de estos supuestos censadores, enfocados curiosamente en casas vacías.
