La inflación interanual en México repuntó a 4.42% en mayo, superando tanto la meta oficial del 3% como las proyecciones de analistas, lo que complica el margen de maniobra del Banco de México para continuar con su ciclo de recortes a la tasa de interés en un contexto de bajo crecimiento económico.
El dato publicado este lunes por el INEGI muestra la inflación general más alta desde noviembre pasado, por encima del 4.38% que anticipaba el consenso de Reuters. La inflación subyacente, indicador clave para la política monetaria, escaló a 4.06%, su nivel máximo en casi un año.
Esta aceleración inflacionaria ocurre pese a los esfuerzos del Banxico, que en su última decisión redujo 50 puntos base su tasa referencial hasta 8.5%, el nivel más bajo desde 2022. La institución había señalado que esperaba condiciones para mantener recortes “incluso de magnitud similar”, pero el rebrote de precios podría forzar un cambio de estrategia.
El dilema se agrava por el débil desempeño económico: aunque México evitó la recesión técnica en el primer trimestre, el Banxico recortó su pronóstico de crecimiento para 2025 a apenas 0.1%, reflejando los riesgos a la baja.
Los mercados anticipan ahora la próxima decisión de política monetaria del 26 de junio, donde el banco central deberá balancear el control inflacionario con el estímulo a una economía que muestra señales de fragilidad. Analistas advierten que, de persistir la presión alcista en precios, el Banxico podría verse obligado a pausar o moderar su ciclo de relajamiento monetario.