Ciudad Juárez.- Tras más de seis horas de maniobras de rescate, un niño rarámuri de cuatro años, identificado como David O. H., fue extraído sin vida de un pozo de 120 metros de profundidad ubicado en una huerta manzanera en el municipio de Cuauhtémoc. La tragedia ha encendido las alarmas sobre las condiciones de seguridad en instalaciones agrícolas de la región.
El accidente ocurrió alrededor de las 5:00 de la tarde del viernes 6 de junio, cuando el menor, hijo de trabajadores del campo, jugaba cerca del pozo cubierto apenas por una cubeta de plástico, que cedió bajo su peso. El hoyo, con un diámetro de apenas 12 pulgadas, lo atrapó a más de 400 pies de profundidad. Inicialmente, se logró establecer contacto verbal con el menor, lo que encendió esperanzas. Sin embargo, con el paso de las horas, David dejó de responder.
A pesar de los esfuerzos conjuntos de bomberos, rescatistas menonitas, y personal de Protección Civil, el menor fue extraído sin signos vitales a las 11:00 de la noche. Un dispositivo diseñado por un voluntario permitió sujetar su brazo para el ascenso. El diagnóstico posterior confirmó que falleció por asfixia.
La huerta Quintas Lupitas, donde ocurrió la tragedia, no contaba con señalización ni tapas seguras en el pozo. Por ello, autoridades de Protección Civil Municipal iniciaron un procedimiento que incluye una multa de hasta 100 mil pesos, y exigen que el propietario cubra los gastos funerarios y coloque medidas de protección en todos los pozos del predio.
Además, se anunció una campaña de revisión en ranchos y huertas del municipio para prevenir hechos similares. La muerte del pequeño David expone la vulnerabilidad de los hijos de trabajadores agrícolas en entornos inseguros y la urgente necesidad de regulación efectiva en estos espacios.