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sábado 21 de junio del 2025.

Dirección: Héctor Javier Mendoza Zubiate

Después de El Chueco, ¿Qué pasó en Urique?

Hoy se cumplen 3 años, de aquel terror que vivieron habitantes en la, en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, donde un líder criminal de la zona, decidió asesinar a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín Mora Salazar, de 81, cuando intentaban proteger a un guía de turistas identificado como Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, quien buscaba refugio en la iglesia tras ser perseguido por un hombre armado.

El atacante, José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, presunto líder criminal del grupo Gente Nueva en la región, también asesinó a un beisbolista y posteriormente se llevó los tres cuerpos, que fueron localizados dos días después gracias a una intensa presión mediática y social.

“El Chueco” era un objetivo prioritario del gobierno estatal y federal, con una recompensa de 5 millones de pesos por información que llevara a su captura. Se le atribuían múltiples crímenes en la Sierra Tarahumara, incluyendo el asesinato del activista Cruz Soto Caraveo en 2019. Pese a operativos en la zona y la detención de varios integrantes de su círculo cercano, fue hasta el 22 de marzo de 2023 cuando su cuerpo fue hallado ejecutado en Choix, Sinaloa. Aunque las autoridades confirmaron su identidad mediante pruebas genéticas, no se esclareció públicamente quién lo mató ni bajo qué circunstancias ocurrió su muerte.

A tres años de este episodio, las cosas siguen similar o peor, pues tras la ausencia de José Noriel, varios han intentado apoderarse de la operación del municipio serrano, incluso otros más fueron capturados por diferentes elementos de seguridad que se mantenían desplegados en esa zona.

El organigrama criminal que mantiene la Fiscalía General del Estado sobre la estructura criminal de Cartel de Sinaloa en esa región, ubican a 9 operadores que siguen dirigiendo la Gente Nueva en esa región tras la muerte de El Chueco y el arresto de Gilberto P.G. a quien apodaban El Shakira.

Entre los operadores del grupo criminal, se encuentra el hermano de El Chueco, el cual fue identificado como Leonardo P.G. a quien apodan El Cinco, un sujeto de 37 años de edad quien cuenta con su centro de operaciones en la comunidad de Bahuichivo.

Dentro del mismo informe, se identifican otros sujetos, entre ellos uno de apodo El Makako, a quien no tienen identificado por su nombre y lo señalan de ser el que dirige a los pistoleros de El Chueco, mientras él se mantenía con vida.

De acuerdo con informes de la Fiscalía General del Estado, durante la administración de la expresidenta municipal de Urique, Mayra Díaz Gutiérrez —emanada del Partido Acción Nacional (PAN)— se habría establecido un presunto vínculo con el grupo criminal liderado por José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”.

Los documentos señalan que dos hermanos de la exalcaldesa fueron identificados como operadores del grupo delictivo en distintas comunidades del municipio. Se trata de Ramiro D.G., quien presuntamente estaba a cargo de la zona conocida como Mesa de Arturo, y Pedro D.G., señalado como responsable de las actividades ilícitas en Cieneguita de Trejo.

Ambos sujetos habrían operado con aparente complacencia de autoridades municipales y estatales, que —según la Fiscalía— ya tenían conocimiento de estos hechos, sin que se actuara en consecuencia durante ese periodo.

Otro de los nombres que han identificado a Jesús Abel G.J., alias “El Chuyín”, como uno de los principales operadores financieros y logísticos del grupo criminal encabezado por José Noriel. Según los reportes oficiales, este individuo reside en la cabecera municipal de Urique y ha sido señalado por su presunta participación en el manejo de recursos económicos y traslado de armas para la organización.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades, hasta el momento no se ha logrado la detención de ninguno de los integrantes del círculo cercano a “El Chueco”.

El caso generó una fuerte condena nacional e internacional, en especial por parte de la Compañía de Jesús, que exigió justicia y un alto a la violencia en la región. Las investigaciones revelaron que la influencia del crimen organizado en Urique era profunda, con vínculos de protección local.

Además de los tres asesinatos del 20 de junio, otras víctimas colaterales y hechos previos —como la quema de viviendas y el asesinato de un beisbolista en febrero de 2022 por parte del mismo “Chueco”— evidenciaron un contexto de impunidad prolongada. A pesar de la muerte del presunto responsable, hasta 2025 sigue sin haber sentencias contra otros implicados en el caso.

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