H. Cd. de Chihuahua.- El vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, defendió la presencia de más de 4 mil soldados en Los Ángeles tras las protestas por redadas migratorias, pese a que la ciudad ha permanecido en relativa calma.
Vance afirmó que los militares “siguen siendo necesarios” para evitar nuevos disturbios. El despliegue —ordenado por Donald Trump— fue validado por una corte federal, aunque fue duramente criticado por la alcaldesa Karen Bass y el gobernador Gavin Newsom.
Ambos denunciaron que se trata de una medida excesiva y politizada. Vance los acusó de “proteger agitadores de izquierda” y de fomentar el caos al mantener a California como “estado santuario”.
La tensión aumentó tras la detención del senador Alex Padilla en una rueda de prensa, a quien Vance confundió con “José Padilla”, provocando indignación.
El despliegue militar sin aprobación del gobernador no ocurría desde 1965.