Miles de socorristas continuaron las labores de búsqueda entre escombros cubiertos de lodo en la zona montañosa del centro de Texas. Ellos tuvieron la esperanza de hallar sobrevivientes tras las devastadoras inundaciones que azotaron la región hace seis días y dejaron al menos 120 muertos.
Equipos de rescate provenientes de una docena de estados se desplegaron en el condado de Kerr. esta área fue la más golpeada por el desastre, donde la mayoría de las víctimas murió cuando un repentino torrente provocado por lluvias intensas desbordó el río Guadalupe en la madrugada del 4 de julio.
Al menos 96 personas, entre ellas 36 niños, murieron en el condado de Kerr, según informaron las autoridades en una reunión informativa celebrada el jueves por la mañana. otras 161 personas seguían en paradero desconocido. la última persona encontrada con vida fue el viernes.
Entre los muertos había 27 campistas y miembros del personal de Camp Mystic, un retiro cristiano de verano solo para chicas situado a orillas del río. cinco niñas y una monitora del campamento seguían desaparecidas, según las autoridades.
El condado de Kerr se encuentra en el corazón de lo que se conoce como “el callejón de las riadas” en el centro de Texas. esta región ha sido testigo de algunas de las inundaciones más mortíferas del país.
Más de 30 centímetros de lluvia cayeron en menos de una hora en la madrugada del 4 de julio. los medidores de crecidas mostraron que la altura del río aumentó de 30 centímetros a 10.4 metros en cuestión de horas, desbordando sus orillas y arrasando árboles y estructuras a su paso.
Cientos de miembros de la comunidad se reunieron el miércoles en un servicio religioso en el instituto Tivy de Kerrville para recordar a las víctimas. alumnos y adultos rezaron y cantaron, y algunos se abrazaron y contuvieron las lágrimas durante el acto conmemorativo celebrado en el estadio de fútbol de la escuela.
Las autoridades del condado de Kerr se enfrentaron a preguntas sobre si se pudo hacer más en las primeras horas para alertar a los residentes sobre la crecida de las aguas y llevar a algunos de ellos a terrenos más altos. El condado renunció hace años a instalar un sistema de alerta temprana tras no conseguir una subvención estatal.