H. Cd. de Chihuahua.- Margot Kidder, actriz canadiense conocida mundialmente por interpretar a Lois Lane en la saga de Superman junto a Christopher Reeve, vivió una vida llena de contrastes. Aunque alcanzó la fama internacional, enfrentó severos problemas de salud mental derivados del trastorno bipolar, lo cual la llevó a episodios de indigencia, crisis psicóticas y una constante lucha por mantenerse estable.

Desde temprana edad, Kidder mostró signos de inestabilidad emocional, pero no recibió atención psiquiátrica. Tras su ascenso en Hollywood, la presión por mantener su imagen pública agravó su condición. En 1996, vivió uno de sus momentos más críticos cuando desapareció durante cinco días en Los Ángeles, en medio de un episodio de paranoia y delirio. Fue hallada desorientada y en condiciones precarias por la policía.
A pesar de ser diagnosticada con trastorno bipolar en 1988, Kidder rechazó tratamientos psiquiátricos convencionales y optó por métodos alternativos como la medicina ortomolecular. Su salud física también se vio afectada por un accidente automovilístico y, posteriormente, su vida en Montana estuvo marcada por conflictos domésticos, deterioro mental y vulnerabilidad social.
Margot Kidder falleció en mayo de 2018 a causa de una sobredosis autoinfligida. Su hija, Maggie, destacó la importancia de hablar abiertamente sobre la salud mental para eliminar el estigma. El legado de Kidder va más allá del cine, recordándola como una mujer talentosa que, pese a sus luchas internas, dejó una huella profunda en el corazón de su audiencia.