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21 de julio 2025

Dirección: Héctor Javier Mendoza Zubiate

China crea el primer yak clonado del mundo en Tíbet

Tíbet, China – Científicos chinos lograron un avance monumental en la biotecnología animal al crear el primer yak clonado del mundo. Este innovador logro, llevado a cabo en un centro de investigación en el Tíbet, promete revolucionar la cría de ganado en entornos de gran altitud y fortalecer los medios de vida de las comunidades locales.

El ternero, un saludable macho de pelaje negro, nació por cesárea el once de julio en una base de cría en el condado de Damxung. Pesó treinta y tres punto cinco kilogramos al nacer, superó el peso promedio de los terneros de yak, y pudo ponerse de pie y caminar poco después de su llegada, lo que confirmó su buen estado de salud y la viabilidad del proceso de clonación.

Este hito es la culminación de un proyecto de investigación de dos años de duración, enfocado en mejorar las razas de yak mediante técnicas genéticas avanzadas. La iniciativa es fruto de una colaboración entre investigadores de la Universidad de Zhejiang, el gobierno del condado de Damxung y el Instituto de Biología de la Meseta de la Región Autónoma del Tíbet, iniciada en julio de dos mil veintitrés. Los científicos emplearon la clonación de células somáticas, la misma técnica utilizada para crear a la famosa oveja Dolly en mil novecientos noventa y seis. Esta técnica se combinó con la selección genómica completa para identificar y replicar rasgos genéticos deseables.

Fang Shengguo, líder del equipo de investigación de la Universidad de Zhejiang, enfatizó la importancia de este avance. Según Xinhua, Shengguo afirmó que la tecnología de clonación “desempeñará un papel clave en la mejora de las razas de yak y en la construcción de un sistema de cría para el ganado de gran altitud en Xizang (Tíbet)”. El equipo se centró en mejorar características cruciales para la supervivencia en el duro entorno tibetano, como el aumento de tamaño, la capacidad de producción de leche y la resistencia a enfermedades. El peso superior del ternero clonado al nacer sugiere el éxito en la selección de estos rasgos, prometiendo yaks más robustos y productivos.

Domesticados a partir del yak salvaje (Bos mutus), los yaks han sido durante milenios un pilar fundamental para la supervivencia humana en las elevadas altitudes de la meseta Qinghai-Tíbet. Conocidos como los “barcos de la meseta”, estos animales son incomparables en su adaptación a la hipoxia, el frío extremo y la escasa vegetación, permitiendo a las personas habitar entornos de hasta cinco mil cuatrocientos metros sobre el nivel del mar. Pueden transportar cargas de sesenta a ochenta kilogramos a diario por distancias de veinte a treinta kilómetros, incluso a elevaciones de hasta seis mil quinientos metros, lo que los hace vitales para el transporte en regiones montañosas sin caminos.

La ganadería basada en el yak ofrece un sistema de sustento integral para las comunidades de la meseta, proporcionando seguridad alimentaria (leche, queso, mantequilla y carne), recursos materiales (piel y fibra para refugios, ropa y herramientas), energía (el estiércol como combustible crucial), apoyo agrícola (yaks aran campos y su estiércol fertiliza cultivos), y significado cultural (productos derivados del yak centrales en ceremonias).

Su adaptabilidad ecológica, a través de la hibridación estratégica con ganado, produce animales adaptados a diferentes zonas de altitud, ampliando los pastizales utilizables. Esta tecnología de clonación será fundamental para establecer un sistema integral de cría diseñado específicamente para el ganado de gran altitud en la región, marcando un nuevo capítulo en la relación milenaria entre los habitantes del Tíbet y sus indispensables “barcos de la meseta”.

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