¡Ya estamos hartos!
En pleno 2025, cuando la transparencia y la honestidad deberían ser valores innegociables en la vida pública, una vez más vemos cómo la desconfianza hacia nuestros gobernantes se profundiza, la reciente rifa de una motocicleta BMW durante las Jornadas Villistas en Parral, y que fue ganada nada menos que por su organizador, el director de Cultura, Carlos Silva, es un claro ejemplo de ello.
¡Ya estamos hartos!
El alcalde Salvador “Chava” Calderón asegura que todo fue legal, que la rifa la organizó un club de motociclistas y que el municipio solo apoyó con la venta de boletos. Ese no es el punto, sino la ética detrás de estos actos y cómo los percibe una ciudadanía cada vez más vigilante y menos dispuesta a aceptar este tipo es acciones.
¡Ya estamos hartos!
La Ley Federal de Juegos y Sorteos, establece con claridad que cualquier sorteo o juego con fines lucrativos requiere un permiso de la Secretaría de Gobernación. Vamos a suponer —en un acto de buena fe— que la rifa se hizo de manera limpia y transparente, que la tómbola giró con justicia y que todos estamos siendo excesivamente malpensados.
Aun así, la ausencia de ese permiso convierte el sorteo en un acto no solo irregular, sino ilegal e inmoral. No basta con decir que “todo estuvo bien” cuando ni siquiera se cumplió con lo más básico: respetar la ley.
¡Ya estamos hartos!
La respuesta del alcalde, quien cuestiona a la prensa y a la gente con un “¿ustedes qué hubieran hecho?”, solo evidencia una falta de comprensión sobre la gravedad del asunto. No se trata de suerte o azar, sino de la necesidad urgente de recuperar la credibilidad que tanto se ha perdido.
¡Ya estamos hartos!
Los ciudadanos estamos hartos de escándalos que empañan eventos culturales que deberían ser motivo de orgullo. Queremos gobiernos que actúen con responsabilidad, transparencia y respeto hacia quienes les dieron su voto y confianza.
¡Ya estamos hartos!
