Habitantes de la cabecera municipal volvieron a grabar con sus teléfonos celulares fuertes enfrentamientos armados entre los cerros y brechas de la región, ocurridos desde la tarde del pasado domingo, en una nueva evidencia de la crisis de violencia que se vive en esta zona serrana.
El municipio y comunidades cercanas acumulan ya dos semanas bajo la presión de grupos del crimen organizado que se disputan el control del territorio, haciendo caso omiso a la presencia de fuerzas militares y policiales.
Según testimonios, el pueblo luce semivacío, con negocios cerrados y familias que han optado por resguardarse o desplazarse ante el miedo de quedar en medio del fuego cruzado.
A pesar de los constantes comunicados de autoridades estatales y federales que aseguran la realización de operativos de seguridad y patrullajes en la zona, los tiroteos no han cesado. En registros del sistema de emergencias se reportaron nuevos enfrentamientos desde la tarde del domingo, aunque aparentemente no hubo respuesta inmediata por parte de las corporaciones.
La ola violenta ha dejado al menos tres muertos en los últimos 15 días. El caso más reciente estremeció a la comunidad: un hombre que resultó herido de bala fue sacado de la ambulancia por un grupo armado y ejecutado cuando era trasladado hacia Hidalgo del Parral para recibir atención médica.
Autoridades estatales reconocen la complejidad de la situación por las características geográficas y la fuerza de las células criminales que operan en la sierra, pero aseguran que los operativos continuarán para restablecer la seguridad y la confianza de la población.
