Hay días en que Juárez parece una ciudad sin ley. Otros, una ciudad sin alma. Y en algunos, parece ambas cosas.
Vamos por partes: queridos juarenses, prepárense para otra dosis de nuestro culebrón local, donde la realidad nos cachetea con una mano y con la otra nos roba el agua. Hoy traemos tres noticias que pintan el panorama de una ciudad atrapada en un guion de tragicomedia: cámaras destruidas, familias exigiendo justicia y el descaro de quienes se cuelgan del agua como si fuera piñata. ¡Vamos con las tres del día, con el sarcasmo bien afilado y un grito de hartazgo por la falta de soluciones!
Primera del día: Cámaras de vigilancia, el nuevo pasatiempo de los vándalos
Déjeme le cuento que cuatro cámaras de videovigilancia en Ciudad Juárez fueron vandalizadas, sumándose a las dos que ya habían sido quemadas. En las calles Norzagaray, Hospital, Azucenas y más, los delincuentes se dieron gusto arrancando cables como si fuera un juego de arcade. ¿Y lo mejor? ¡Las cámaras los grabaron antes de ser destrozadas! Ahora las autoridades buscan a los genios que pensaron que apagar la vigilancia los haría invisibles.
Mientras tanto, los juarenses seguimos pidiendo seguridad, pero parece que las cámaras son más decorativas que funcionales. ¿Qué sigue, vándalos pintando grafitis en las patrullas? ¡Por favor, autoridades, dejen de jugar al gato y al ratón y pongan orden de una vez! Y mientras las cámaras caen, el dolor de los muertos sigue caminando por nuestras calles. Literal.
Segunda del día: Caminaron por sus muertos, clamando por justicia
El caso del crematorio Plenitud sigue siendo una puñalada al corazón. Familias de las víctimas marcharon en Juárez. Caminaron con fotos, con flores, con rabia. No solo están exigiendo justicia por un caso de negligencia criminal, sino también respeto, verdad y un poco de humanidad, exigiendo justicia por los 383 cuerpos que nunca fueron cremados, tratados con una indignidad que no cabe en la cabeza.
Los deudos, con el alma rota, claman por respuestas: ¿cómo es posible que nadie se diera cuenta de este horror? ¿Dónde estaban las autoridades que debían regular? El silencio oficial es ensordecedor, y las promesas de “investigaciones” suenan a disco rayado. Esto no es solo un escándalo, es una traición a la memoria de los fallecidos y a sus familias. ¡Basta de excusas! Los juarenses merecemos que los responsables paguen y que se garantice que esto no vuelva a pasar. Y en este infierno donde los muertos no descansan, los vivos seguimos saqueando lo poco que queda.
Tercera del día: El agua, el tesoro que se roban a cubetadas
Y como si no tuviéramos suficiente, en la colonia Independencia II una vivienda fue sancionada por segunda vez por reconectarse ilegalmente al agua potable, con un adeudo de 214 mil pesos y una multa de 56 mil más. ¡Ochenta meses sin pagar y todavía se cuelgan del tubo! Y si fuera un caso aislado, podríamos dejarlo como anécdota, pero no lo es: casas y negocios en toda la ciudad están robando agua como si fuera un deporte olímpico. En un estado donde el agua es más valiosa que el oro, este descaro es un insulto.
La JMAS hace su parte cortando tomas clandestinas, pero el problema sigue porque la pillería no para. ¡Alerta, ciudadanos! Robar agua no solo es un delito, es quitarnos a todos un recurso vital. Denuncien estas conexiones ilegales, porque cada gota cuenta. Llamen a la J+, reporten a los vecinos tramposos y cuidemos juntos el líquido que nos da vida. ¡No dejemos que el agua se nos escurra entre los dedos!
Epílogo: Cierre con un grito de exigencia
En esta región estamos hartos de horrores y encubrimientos, pero también sedientos de soluciones. Entre crematorios que parecen pesadillas, diócesis que traicionan la confianza y un sistema de transporte que nos da un respiro, queda claro que los chihuahuenses merecemos más. Más justicia, más transparencia, más acción.
Señores gobernantes y autoridades: dejen de “analizar” y empiecen a actuar. Porque si algo nos sobra en este estado es pundonor, y ya es hora de que ustedes lo demuestren.
¡Basta de excusas, Juárez quiere resultados!
Ah, y feliz viernes. O lo que sea que se celebre en esta ciudad.
