El testimonio público de Marianne Gonzaga sobre su paso por el Centro Especializado para Mujeres Adolescentes (SEMA), tras el ataque con un arma blanca contra Valentina Gilabert en febrero de 2025, ha desatado un debate en redes sociales.
La influencer, quien pasó más de cinco meses recluida, ha detallado su experiencia de detención a través de videos en su cuenta de TikTok, relatando desde sus rutinas diarias hasta los desafíos personales que enfrentó.
La influencer reconoció que convivió con menos de 20 internas y que la experiencia le permitió aprender nuevas tareas cotidianas como barrer y lavar su ropa. Gonzaga especificó que su día empezaba a las seis de la mañana. Agregó que el menú del lugar ocasionó un aumento de peso debido a que, según sus palabras, “la comida era muy grasosa”, aunque ya en libertad ha podido recuperar su dieta y su peso anterior.
La polémica emergió en el ámbito digital cuando algunos usuarios elogiaron la apertura de la influencer, valorando la transparencia de sus relatos. Sin embargo, otros la criticaron duramente por la aparente serenidad con la que describe su vida en detención, dado que el motivo de su reclusión fue el ataque a Valentina Gilabert, quien resultó con múltiples heridas.
Tras cumplir con el proceso judicial correspondiente, la creadora de contenido fue liberada. Algunas de las críticas contra Marianne incluyen comentarios como: “Lo cuenta como si hubiera ido a un campamento”, “Conclusión: se fue de vacaciones mientras Valentina luchaba por su vida”, y “Entiende que no eres la VÍCTIMA”.